Hay gente que nació para la danza, lo lleva en la sangre y se menea con absoluta naturalidad. Los centroamericanos siempre tuvieron la capacidad de casi "hacerle el amor al aire mismo". Mi historia con el baile comienza a mediados de la década del 90. Eramos tan jóvenes! Salían revistas como "13/20", "Revista Eres" y "Tv y Novelas" (sale paraa vooos). En esas épocas de efervescencia adolescente en las rutinas de las fiestas a las que iba como invitado se arrancaba la jornada musical con mezcla de rock y temas bailables. Era todo risas hasta que alguien apagaba las luces dejando todo medio oscuro y clavaba un sinfin de hits de Bon Jovi, Luis Miguel, Arjona y otros tantos. El momento era por demás tensionante: llegaba la hora de los lentos. Para las mujeres era muy sencillo, si se les acercaba un joven aceptaban o rechazaban la propuesta, sin embargo nosotros, con 11 o 12 años juntabamos valor para compartir "Sueña" (El Jorobado de