(por Santiago Alonso).- El genero es, sin duda alguna, apasionante por lo perturbador y por la forma en la
que se tejen historias terribles que llegamos a experimentar de un modo
pasivo pero eficaz. Sucede en el cine y desde tiempos inmemoriales con
la literatura. A principios de la décade del 2000 el siempre innovador
canal de tv "I-Sat" ponía en el aire y a modo de intervalo una serie de
cuentos de entre siete y trece minutos llamado "Cuentos de terror con
Alberto Laiseca". Esto, en la jerga televisiva del cable se lo conoce
como "filler". Fill en inglés significa "llenar" y el objetivo de este
microprograma era llegar a un horario redondo cuando una película no
llegaba a las dos horas de duración y quedaba una franja "vacía" que
debía ser ocupada por algo.
La estructura era sencilla pero atrapante. El célebre escritor rosarino
se sentaba en una silla en una habitación oscura únicamente iluminada
con una luz blanca desde arriba, como si fuera parte de un
interrogatorio. Laiseca, ganador del premio Konex y autor de "Los
Sorias", "En sueños he llorado" y "El Artista" se sentaba a contar
relatos tremendos. Sus palabras generaban más imágenes que cualquier
efecto en 3D proveniente de Hollywood.
En Enero de 2014 la
revista Ñ publicó una entrevista realizada al escritor y, entre otras
cosas, detallaba que la literatura es "Una fuente de placer, por un
lado. Afirmación por otro. Saber para qué uno está en este mundo
también."
Y agregó: "Porque te confieso algo: yo nací con
talento para varias cosas y tuve que elegir. Pude haberme dedicado a la
física teórica, a la astrología. De hecho lo hice durante un tiempo y
progresé mucho. Pero me dije que lo mío era la literatura y me dejé de
hinchar las pelotas."
Nota publicada para el periódico "Anticipos" - 2016